Autoinstrucciones: la influencia del diálogo interno en el comportamiento
¿Alguna vez te detuviste a pensar en como te hablas a vos mismo? Esos pensamientos en forma de diálogos internos disfuncionales son de gran importancia para mantener patologías como la ansiedad, la depresión, las fobias, el TOC, los ataques de pánico, inclusive para casos mas específicos como la falta de confianza en deportistas de alto nivel.
Trabajar sobre ellos no es tarea fácil porque se encuentran arraigados a creencias profundas, para eso es necesario comenzar a entrenar al paciente en las Autoinstrucciones.
¿Qué son las autoinstrucciones?
Las autoinstrucciones son frases o pensamientos que las personas utilizan como guías previas para ejecutar, facilitar o controlar determinado modo de acción.
Este Entrenamiento de Autoinstrucciones fue creado por Meichenbaum y Goodman, en el año 1971. El principal objetivo de este entrenamiento es que el paciente logre modificar su diálogo interno negativo por otro mas realista que le permita afrontar aquella situación que le genera dificultades. Esto no implica cambiar ese diálogo interno negativo por uno positivo, no es simplemente "decirse cosas lindas", sino que se parte de una resolución de problemas en donde las autoinstrucciones funcionan como guías para dirigir el comportamiento hacia el afrontamiento y no hacia la evasión.
¿De donde surge este diálogo interno?
Vigotsky y Luria, estudiando el desarrollo de lenguaje en la infancia, nos han enseñado que para lidiar con algunas tareas, los niños se autoinstruyen de manera espontanea. A medida que pasan los años y el ser humano crece, ese diálogo en forma de autoinstrucción se va internalizando. En el primer estadio el niño se autoinstruye en voz alta, pero a medida que va creciendo esa autoinstrucción se va silenciando hasta conformar el pensamiento.
Es así como ese diálogo interno no desaparece, sino que se transforma. Pero al transformarse no pierde importancia, esos diálogos internos siguen guiando nuestras conductas, de manera que pensar: "Nunca lo voy a lograr" nos lleva a desistir. Mientras que pensar: "Puedo intentarlo, quizá esta vez lo logre" nos lleva a confrontar.
¿Cómo puedo llevarlo a cabo?
Existen dos tipos de autoinstrucciones: las negativas que nos conducen a la evasión, y las positivas/realistas que nos conducen al afrontamiento. Claramente queremos entrenarnos en las segundas, por lo que vamos a poder aplicarlas en tres momentos diferentes.
Con la ayuda de un psicólogo, debemos encontrar primero aquella situación que nos genera conflicto y detallarla de forma concreta. Luego se elaborará en conjunto un plan para resolver ese conflicto, que incluirá dentro del mismo ciertas conductas que deben ser llevadas a cabo por el paciente para que ese conflicto se resuelva. Una vez tenidas las conductas es cuando debemos autoinstruirnos para poder llevarlas a cabo, y esto lo haremos en los tres momento mencionados anteriormente.
1) Fase de preparación: aquí plantearemos autoinstrucciones para prepararnos antes de afrontar la situación temida.
2) Fase de afrontamiento: se aplican durante la ejecución de la conducta para mantener la concentración, gestionar la ansiedad y guiar el comportamiento.
3) Fase de refuerzo: sirven para evaluar positivamente el desempeño y fomentar la motivación tras completar una tarea, independientemente del resultado.
El entrenamiento en autoinstrucciones no es tarea fácil, y siempre es recomendable realizarlo bajo la supervisión de un profesional de la salud.
Si sentís que esto es lo que esta necesitando tu vida ahora mismo, te invito a contactarme para que podamos resolverlo en conjunto.